El monte ya huele a otoño, se tiñe de marrón, ya vuelve el otoño, las
hojas van dejando los árboles para adornar los senderos escondiendo sus
secretos, sus anécdotas, sus historias que contar.
Vuelven los días de frío, de lluvia, de calor humano, de decisiones
donde salen cosas buenas y cosas malas, de días mejores y otros peores,
momentos buenos y otros no tanto, vuelven los días de hacer locuras
porque no estamos muy bien de la azotea, esa sana locura que nos
mantiene vivos...
Vuelven los días de regresar a viejos caminos ya conocidos, aunque
cambiados con nuevas roderas, nuevas piedras, pero... nos queda la
esencia pura del mtb, de dar pedales mirándote a los ojos, bajo
la lluvia, bajo la hermosa luna llena tan grande y tan llena que nos vigila y que al mirarla nos
hipnotiza...
Vuelves los días bajo el frío, diciendo "¡quiero ir a mi casa!", pero sin
querer ni poder dejarte solo, días de dar pedales y sonreír porque es
algo que va unido, aprovechando cada sonrisa para aprender cada instante
un poquito mas... porque el mayor triunfo es competir contra uno mismo,
sin importar lo que piensen o digan el resto de gente, simplemente
rodar y disfrutar, rodar y sonreír, rodar el momento presente, tan lleno
de vida...
El camino nos invita a girar así que por una vez le haremos caso, porque el día que te vayas yo me iré contigo.
Nos vemos
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