Una tarde como otra cualquiera me dedique a dar una rutita sin mas. A subir a los montes que tengo cerca de casa en peñas blancas, Sasiburu, Ganeroitz.
No son montes relativamente altos, rondan los 500 metros, pero es una buena salida de escape para esos momentos de bajón y pasar una tarde en soledad, compañera de tantos y tantos dias en las montañas.
Esos dias en lo que te apetece estar sólo y hasta te sientas mal al encontrarte con gente, no se desvarios varios que tiene uno y es que despues de toda la desolación que ha pasado estos dias en Galicia y despues de años de tsunamis, terremotos, tornados, prestige y demás fenómenos meteorológicos y desastres naturales que traen destrucción siento como nos comemos el mundo aqui y alla. La naturaleza, y es normal, se releva contra tanta explotación masificada de todos sus recursos naturales y es que parece que las personas piensan que sus recursos son interminables como si habririas un grifo y el agua caeria sin cesar, sin que nunca se acabase. Nada más lejos de la realidad.
Dicen que es en aras del desarrollo, no se si tanto desarrollo merece la pena. ¿Llegará el dia en que no puedas ni ver un sitio tranquilo rodeado de naturaleza?
Espero poder seguir sacando fotos como esta en los montes de aqui y de alli. Una yegua descansando al amparo de su madre sin peligro aparente.
Cuidemos todo esto que nos rodea, cuidemos a nuestra madre naturaleza, nuestros antepasados lo hicieron y nos enseñaron ha hacerlo, a amar a nuestra madre tierra. Los arboles, el viento, nos hablan y nos lo explican, sólo hay que pararse un rato a excuchar. Yo no lo he olvidado.