Hay una cosa que no entiendo.
La gente se arregla todos los días el cabello, se depila, se pinta, se maquilla,... pero ¿por qué no se arreglan el alma? Pensamos mas en el que diran, que en salir y disfrutar, ser tú mismo y eso nos corroe por dentro. No se disfruta de lo que realmente importa. Perdemos el tiempo en cosas materiales en vez de salir, pasear, pedalear, hacerte una ruta con tus amigos, coronar esta o aquella montaña, bajar por esa trialera o simplemente salir y pedalear sin rumbo fijo hasta que tus piernas digan basta, te tires al suelo y sonrias como nunca antes lo hayas hecho.
Dentro de unos años esto será lo que recordaremos, el tiempo que hemos vivido juntos, tantas cosas compartidas, aquel amanecer, aquellas gotas de lluvia o aquella bajada interminable en la que pasamos tanto frio y no si mi movil era el mejor del mercado en aquella época o si tenia un coche último modelo o si tenia un GPS con cámara de fotos con los mapas de Saturno y no se cuantas cosas mas incorporadas, o aquella bici de aleación de titanio y criptonita. Lo más valioso no es lo que se tiene en tu vida, si no a quién tienes en tu vida.
El valor de las cosas no está en el tiempo que duran, sino en la intensidad con que suceden. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables.
Nosotros recordaremos aquellas tardes, aquel anochecer entre los árboles, aquella mañana tan agradable, aquellas rutas con tan buena compañía,... quizas asome una lágrima en nuestras mejillas. Seremos felices no hará falta nada más, porque tener verdadero éxito en la vida es reír mucho y muchas veces; gozar del cariño de los niños; saber soportar la traición de falsos amigos; ser humilde; apreciar la belleza; buscar lo mejor en los demás; dejar el mundo un poquito mejor de como lo encontraste, saber que al menos alguien ha vivido mejor gracias a ti.
Fuimos un cuento breve que leeré mil veces
Nos vemos.