sábado, 21 de abril de 2012

Un día cualquiera

Un día cualquiera en el metro volviendo para casa, nueva parada y de repente apareces entre la multitud, me dió la sensación de que eras tú, pero llevabas el pelo mas corto que de costumbre, un par de anillos en el mismo dedo y pendientes un poco largos con una perla verde, raro en ti que tan poco te gustaban las joyas, un piercing en la nariz... algo no me cuadra, y tu típica mochila, si, tienes que ser tú.

Ambos nos miramos, nos quedamos con la mirada fija uno en el otro un eterno segundo donde intercambiamos muchas imágenes del pasado y rapidamente la quitamos, una segunda mirada entre ambos confirmó que realmente eras tú, ¿cuanto tiempo hace? demasiado, demasiado tiempo pasado juntos, demasiadas llamadas, demasiadas palabras, demasiadas cartas, demasiadas cosas, demasiado tiempo...

Fue un momento donde latia fuerte el corazón, notar como bombea, como la sangre entra con fuerza en tus venas. Casualidad que nos bajamos los dos en la misma parada y como de costumbre salistes corriendo perdiendote entre el horizonte y la gente evitando lo que seguramente iba a pasar.

La verdad que me gusta encontrarme con la gente que significó algo en mi vida y que por un motivo u otro dejaron huella en ella, me traen a la mente bonitos recuerdos...

Nos vemos

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