jueves, 19 de noviembre de 2015

Adios

Tengo un cajón donde guardo los recuerdos de aquellas cositas que vivimos tu y yo, fueron 14 años, no recuerdo ya muchas cosas, pero las que recuerdo son muy intensas. Dudo que alguien, alguna vez me haga sentir algo similar. Ahora solo te veo en alguna foto o cuando subo aquella montaña por donde me andas esperando, se me nubla la vista y al pasar la niebla aparece tu silueta hablándome igual que hace 25 años, parece que fue ayer.

Cada vez que subo aqui, esta soledad me hace recordarte, como sentiamos antes las cosas, ¿verdad?, nostalgia, cantar, queimada, huerta, cariño... No se que hicistes pero no conozco a ninguna persona que tenga un mal recuerdo de ti, todos siempre hablando bien.

Siempre dispuesto a dejarme estar a tu lado, a hacerme sentir importante, a enseñarme todo lo que sabias, a ser solidario, a no pedir nada a cambio, a dar por el simple hecho de dar, a juzgar, a aprender a ser yo mismo.

Asi es, hoy he vuesto a subir y hay una soledad tan grande, tan grande, tan soledad, que hasta me sienta bien.

Sigo sin entender porque te fuistes, pero hay cosas que no se tienen que entender, simplemente hay que aceptarlas y aprender a vivir con ellas.

Y aunque no hay adiós más triste que el que no se dice, ni se explica, ni se entiende, la verdad es que el más triste de todos es el que no queremos ver. Nunca es buen momento para decir adiós, pero siempre, es necesario. ¡Adios!

Nos vemos