lunes, 17 de mayo de 2010

Castelo Branco

La noche del jueves ya no dormí bien, el viernes según salí del curro nos dirigimos hacia Castelo Branco, fue un día de prisas, nervios, sueño y agujetas, el sábado la magia del mtb hará que olvidemos todo esto, nos hará pedalear con una sonrisa en la cara. Así que llegamos, montamos, cenamos, risas, nervios, nos vamos a dormir que el cuerpo nos lo pide, abrimos un ojo y todo sigue igual, miramos alrededor y nos levantamos, será un día bonito, el sol hace acto de presencia, brilla en el cielo y en nuestros corazones vamos viendo a conocidos, hablamos, desayunamos y a preparar todo. La hora se acerca y hay que empezar con el baile, hay que dejar todo a punto.

Habrá momentos malos, habrá momentos buenos, los malos los olvidaremos rápido, los buenos quedarán grabados con fuego en tu corazón, ese que al revés del resto de la gente se va enjuveneciendo con todos estos recuerdos, ese corazoncito que cada vez tiene mas vida, es algo que no se puede parar. Algo crece dentro de ti, abre el alma y deja que crezca, que fluya.

Empezamos con las vueltas a las 12 puntuales, es un circuito con bastante baches, damos vueltas y mas vueltas, y el circuito va cambiando según vas pasando, una zona de patatal que poco a poco se va pisando, pista, zig-zag entre arboles y arbustos, hay un lugar precioso lleno de flores amarillas y moradas que se erguian al verte pasar, un repecho curva a la izquierda donde te esperaba un olor agradable a alguna planta que no conseguí saber cual era, avanzamos otro poco y los pájaros cantaban al verte pasar. Pues habrá que seguir rodando hasta que llegamos a un estanque donde las ranas y renacuajos nos saludan, pasamos por encima del estanque para llegar a meta y terminar con la vuelta. El cansancio va apareciendo con el paso del día y va haciendo de las suyas, las trazadas ya no son tan cuidadas y finas como al principio y hay que tirar mas de freno. Me gusta. Me encanta. De repente oigo un "forza Asier", gracias, justo es lo que estaba necesitando.
Llega la noche, luces, bien abrigados y a seguir, una subida, una curva y... me suena tu cara. Gracias por venir, 17 años desde que te fuistes, aunque hemos hablado bastante últimamente, charlamos otro rato, el tiempo no pasa, una charla muy interesante, un trago de agua, cojo fuerzas y otra vuelta.
Llega otra vez el dia y así hasta las 11 de la mañana del domingo que decidimos dejarlo, ducharnos y empezar a recojer para que la vuelta no se nos hiciese demasiado tarde.

Gracias a la organización por hacer posible una vez más un evento de este tipo, por el trato, al buen ambiente reinante y sobre todo gracias a los que me disteis las gracias.

Ahora es el momento de ir asimilando todos y cada uno de los detalles que no nos ha dado tiempo todavía, e ir conservándolos en forma de recuerdos. No importa la edad que tengas, si son 30 o 40, mientras mantengas tu alma como lo haces ahora serás tan joven como quieras ser, tan llena de vida, tan... como eres ahora. La fé mueve montañas y las nuestras se van moviendo poco a poco así que pedalea de nuevo hoy conmigo, acompañame, formaremos un bonito recuerdo, cierra las persianas de tu casa y apaga el móvil, que nadie te moleste porque hoy el mundo es sólo para nosotros...

Me llevo el mejor trofeo, que son todos estos recuerdos y tu sonrisa.

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