martes, 16 de noviembre de 2010

Cuando lo tangible se convierte en intangible

La vida cambia en un instante, la gente perdiendo el tiempo por preocuparse por su nuevo coche, su nuevo piso o su nuevo trabajo y en tan solo 3 segundos algo ya no es igual, una persona se va y otra vuelve, cuando lo tangible se convierte en intangible y solo los recuerdos mueven tus piernas, subes a la cima, estiras la mano y esa silueta se escapa entre tus dedos, un recuerdo se asoma y te arranca esa sonrisa, bajas del monte volviendo a la realidad. El egoísmo innato con el que nacemos y que pensamos que lo tendremos a nuestro lado para siempre, nos obceca y no nos deja ver mas allá cuando se va.

Parece que fue ayer, cuando pedaleábamos libres sin importarnos mucho mas que dar cuatro pedales, ahora seguiremos igual, sin importarnos mas allá de los próximos 5 minutos, de las próximas dos pedaladas.

Este año he corrido varias carreras en Portugal y siempre que te cruzabas con alguien te decían "forza", fuerza para caminar, fuerza para terminar, fuerza para vivir y fuerza para soñar, que vivimos mirando al cielo, soñando que un día estaré contigo y es que parece mentira pero los sueños no mienten.

Donde hubo fuego ahora quedan cenizas...

Nos vemos

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