La vida en general es como el mtb. Los momentos más comunes son los momentos de llaneo, hora de dar pedales sin parar pero sin mucho esfuerzo. Vas avanzando mientras vas charlando con tus compañeros de viaje. Hablas, escuchar, aprendes, ries, ... Hay otros momentos de subida en que las palabras se las va llevando el viento y cuesta un poco mas seguir hacia delante pero que poco a poco vas subiendo, a tu ritmo, con el sudor recorriendo tu cara pero sin poner el pie a tierra. Hay otros ratitos de bajada en que te dejas llevar por la velocidad y el rodar de tu mtb, te agachas, buscas la mejor trazada y cortando el viento hasta que llegas hasta abajo.
Esto es lo que me ha enseñado el mtb, a dar una pedalada más, sobre todo en los momentos más difíciles, cuando la cosa se pone muy cuesta arriba y cuando mas piedras hay en el camino, una pedalada más, sólo una más, y luego otra, y otra hasta llegar a la cima, objetivo cumplido. Luego ya vendrá el tiempo de tomar aire, un merecido trago de agua y empezar a mirar de nuevo hacia abajo, donde todo pasa mas deprisa, sin esfuerzo y sin parar de dar pedales en el llano, aprovechando el tiempo con tus compañeros de rutas, aquellos que sólo tú eliges, para charlar, reir, vivir, ... ya sabes.
Asi que no pareis de dar pedales sólo por el hecho de ver el camino cuesta arriba, recordar que sólo es una pedalada más.
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